- No sería nada impertinente proponer desde esta columna política, que se organizara un cónclave entre el Poder Legislativo, los 16 jefes delegacionales y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, para que cada uno exponga sus criterios y llegar a un acuerdo final de prohibir la venta y consumo de bebidas embriagantes en “chelerías” como se viene realizando con toda impunidad.
- Ha sido otro de tantos flagelos poderosos que no se tenga idea, de hasta dónde se está encaminando a la juventud mexicana, que lamentablemente esos jóvenes, de forma lastimosa, se incorporan a la semejanza de un grupo descriptible de “idiotas sin regreso”, traducido en extraordinaria perturbación que pudiera provocar el aceleramiento del hundimiento del país. Los jóvenes de hoy en día, más aún, deambulan en una superficie fantasmal del valle bajo de la Pentápolis bíblica, al muy estilo Sodoma y Gomorra…, es decir, meterle a tocho morocho…
El grave padecimiento que viene sufriendo el núcleo social, sobre todo el adolescente, relacionado con el abuso del consumo de alcohol y drogas –como si fueran Corn Flakes-, se debe a los altos índices de corrupción, so pena que tratan de combatir autoridades gubernamentales e iniciativa privada.
Ha sido otro de tantos flagelos poderosos que no se tenga idea, de hasta dónde se está encaminando a la juventud mexicana, que lamentablemente esos jóvenes, de forma lastimosa, se incorporan a la semejanza de un grupo descriptible de “idiotas sin regreso”, traducido en extraordinaria perturbación que pudiera provocar el aceleramiento del hundimiento del país. Los jóvenes de hoy en día, más aún, deambulan en una superficie fantasmal del valle bajo de la Pentápolis bíblica, al muy estilo Sodoma y Gomorra…
El afloro de las ahora famosas “chelerías” –donde se practican los vicios vergonzosos, sin una prosperidad que pudiese ser restaurada o renovada-, ha creado no solo refugios de chavos –desde los 14 años hasta 70 o + -, sino concentraciones masivas en las que el consumo de alcohol y drogas es descarado, sin un ápice de respeto social al orinarse o defecarse en vía pública ante el asombro de la presencia de la policía; lo terrible e inaguantable es ese fétido olor de estar “quemándole la cola al diablo”, fumando marihuana, es decir, meterle a tocho morocho…
El álveo de la Ciudad de México se ha transformado en permanente perturbación; de tal manera que el libertinaje se asocia con la delincuencia organizada, donde ningún transeúnte se pone a salvo de ser víctima de los vándalos que a todas horas asechan en calles y avenidas, solo por el simple hecho de “sacar p’a las chelas”. ¿Y la policía? -preguntas muchos-, y la respuesta es sorprendente: “¡Bien, gracias!”
En el seno de la Asamblea Legislativa se abordó un tema del cual ya se había tardado en discutirlo, como es la venta indiscriminada de cervezas, alcohol y enervantes en la vía pública de la capital del país.
No sería nada impertinente proponer desde esta columna política, que se organizara un cónclave entre el Poder Legislativo, los 16 jefes delegacionales y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, para que cada uno exponga sus criterios y llegar a un acuerdo final de prohibir la venta y consumo de bebidas embriagantes en “chelerías” como se viene realizando con toda impunidad.
Pero no basta que el recinto de Donceles y Allende –sede del Parlamento de la Ciudad de México-, exhorte a las mismas delegaciones, a funcionarios de Sedeso o Locatel, para que trabajen en erradicar las famosas “chelerías” de la vía pública, sino aplicarse en crear conciencia en la fe de los parroquianos a través de ese cónclave.
Si se pretende salvar a la juventud que ha sido atrapada por todo tipo de drogas, que finalmente orillan a contravenir las leyes y convertirse en delincuentes de poca monta, es urgente y necesario que la ingesta de alcohol y drogas, no sean consumidas como si se tratara de un plato prodigio de Corn Flakes por la mañana, otra “flamenquilla” por la tarde y finalmente, otro coctel letal por la noche.
Beatriz Olivares, presidenta de la Comisión de Juventud y Deporte de la ALDF, precisa que la actividad comercial de las “chelerías” se hace de forma indiscriminada y sin que se tenga el más mínimo respeto a la normatividad y mucho menos al sano desarrollo psico-emocional de las personas menores de edad que lo consumen
Ante la venta de cervezas y bebidas alcohólicas en la vía pública que se ha expandido por casi toda la ciudad, sobre todo en las zonas de menor desarrollo y en especial a personas adolescentes y jóvenes, la representante popular, exhortó a los 16 Jefes Delegacionales para que elaboren, por conducto del área de Vía Pública, un programa para retirar de forma definitiva puestos ambulantes con la actividad ilegal de “chelerías”, salvaguardando la integridad y los derechos de las personas involucradas.
En un Punto de Acuerdo que presentó ante la Diputación Permanente de la ALDF, que fue aprobado, también exhortó a las áreas de Verificación de las 16 demarcaciones, se sirvan generar un programa y las visitas de verificación correspondientes a fin de sancionar a todas aquellos establecimientos mercantiles que no cumplan con el giro respectivo y se dedique en forma primordial a la venta de cervezas para consumo al interior del establecimiento.
En el mismo Punto de Acuerdo se solicita al titular de la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México, gire sus instrucciones para la realización de un programa de orientación, capacitación y de estímulos a aquellas personas que de forma ilegal se dedican a la venta de cervezas en la vía pública y en establecimientos mercantiles sin ser su giro primordial, con la finalidad de que modifiquen su actividad y se alleguen de conocimientos y estrategias para no sufrir un menoscabo en su economía ni en su patrimonio.
Al Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México (INVEA) para que lleve a cabo un programa con los operativos pertinentes a fin de sancionar a todos los establecimientos mercantiles en la Ciudad de México que se dedique a la venta primordial de cervezas abiertas dentro del propio establecimiento y que no cuenten con el uso de suelo permitido para ello.
A la titular de la Dirección General del Servicio Público de Localización Telefónica de la Ciudad de México (LOCATEL) para que se instale un nuevo servicio donde las y los vecinos de toda la Ciudad de México, puedan denunciar, incluso de forma anónima, todos aquellos establecimientos y puestos en vía pública con venta de cervezas abiertas que consideren violan la normatividad.
Esta actividad comercial se hace de forma indiscriminada y sin que se tenga el más mínimo respeto a la normatividad y mucho menos al sano desarrollo psicoemocional de las personas menores de edad que lo consumen.
La venta de cervezas en envase abierto, no es privativo del comercio en vía pública. En este sentido, se ha observado con suma preocupación, múltiples establecimientos mercantiles que se dedican a esta actividad de forma exclusiva, y por más que revisamos la Ley de Establecimientos Mercantiles de esta Ciudad, no encontramos un giro que permita llevar a cabo esta venta y menos de esta forma.
Si bien es cierto que existe una licencia de impacto zonal que permite la venta de bebidas alcohólicas sin la necesidad de venta de alimentos, también es cierto que en la capital de la República no se ha expedido ninguna desde el 2012 y la proliferación de este tipo de establecimientos es, relativamente nueva, por lo que se concluye que una amplísima mayoría de estos establecimientos no cuentan con los permisos necesarios para llevar a cabo esta actividad.
Los jóvenes corren el riesgo de desarrollar conductas perjudiciales debido al alcohol que incluyen beber en exceso, problemas en sus relaciones, accidentes viales y relaciones sexuales de alto riesgo que han sido referidas por ellos mismos.
Estas conductas tienen sus propias consecuencias `para la salud y seguridad de los jóvenes, que incluyen daños al desarrollo cerebral, riesgo de lesiones y muerte y un mayor riesgo de participar en actos de violencia y de contraer enfermedades contagiosas.
Diversas autoridades tanto delegacionales como del Gobierno de la Ciudad han tratado de mitigar este flagelo, pero también hay que reconocer de los esfuerzos aislados que muchas veces no culminan con la finalidad para la cual se llevaron a cabo.
En consecuencia, la Ciudad de México necesita articular una política pública donde confluyan todas y cada una de las dependencia con facultades y atribuciones que permitan, en un principio disminuir y posteriormente erradicar esta práctica con la finalidad esencial de salvaguardar la integridad en todos sentidos de las personas adolescentes y jóvenes de la capital del país, que es el escaparate en el mundo.
Por: Blas A. Buendía